El domingo pasado día 14, los Equipos de Nuestra Señora de
León, en el mejor ambiente, en la Casa de ejercicios de La Virgen del Camino,
celebraron –eso fue, fundamentalmente, una celebración festiva- la fiesta de Navidad. Buena temperatura, la sala
llena, los participantes entregados y el mejor invitado –el mismo niño Dios- hicieron
que todos los que allí estuvimos celebrásemos, de verdad, la Navidad. Porque si
algo teníamos que celebrar es la alegría de saber que Dios nos ama y viene a
arroparnos en esta vida donde no siempre hay calor.
El Equipo Sector hizo gala de sus mejores recursos y
desde el primer momento quiso que la cena –de eso se trataba, de cenar, en el
amplio sentido de la palabra, material y espiritualmente- fuese abundante, riquísima
y compartida.
Para entrar a
esta cena era necesario coger la línea adecuada –es adviento y el metro nos dio
varias posibilidades-, y allí estaba su maquinista –Juanma- para ir
explicándonos a donde nos llevaba cada línea. Había que hacerlo con cuidado,
sin tropezar, sin empujar, pero con el paso firme. Cada línea se las traía, su
nombre ya lo indicaba: Primerear, Involucrarse, Acompañar, Fructificar, Festejar.
Cinco líneas. Hubo que pensarlo. ¿Cuál era la que quería coger? ¿Cuál era la que
llevaba al destino? Hubo viajeros para las cinco. Y todos nos encontramos en el mismo destino:
donde nacía el niño Dios.
Ya todos preparados, los “metres” Viti y Elvira,
dieron paso a los distintos cocineros, en forma de equipos, que fueron presentando
sus platos bien elaborados y explicados.
Entremeses de lujo pusieron en escena el
equipo sector, que nos hicieron ver qué confuso es el lenguaje cuando se trata
de “crear un equipo”: hubo de todo. No sabemos si con tanta variedad algún
estómago chirrió. Y salieron platos y
platos en forma de oraciones, presentes, villancicos, representaciones teatrales,
hasta San Pedro acudió con su manojo de llaves para ver qué estaba pasando,
bailes, ángeles y arcángeles… y hasta los cocineros de todo un equipo se presentaron
en el escenario para explicar lo difícil que es compaginar los ingredientes para hacerlos sabrosos, qué es eso de actuar
con caridad, o qué empatizar, por poner solo un ejemplo. Hay veces que vamos
por la vida y no nos enteramos de lo que nos traemos entre manos. Menos mal que
el Arcangel San Gabriel habló en directo
con Dios y las cosas volvieron a su sitio. No faltaron anécdotas, ni historias
al calor de la lumbre ni tampoco la realidad de quien lo está pasando muy mal
en forma de enfermedad rara. Todo ello estuvo presente y a través de esa
melodía que salía del piano se lo elevamos al mismo Dios. Y ese Dios a nosotros nos dijo: me gusta veros
felices, los Equipos son un tesoro, id con la cara alegre, tenéis motivos para
la esperanza.
Así lo vivimos y de esta forma lo contamos.
Los cronistas
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