“Espero en
nuestro Señor… que tendrá cuidado de (nosotros)” (Santa Teresa, Carta
38,4).
Dichosos los
pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. “Yo estoy convencido de
una cosa: los grandes cambios de la historia se realizan cuando la realidad fue
vista no desde el centro, sino desde la periferia” (Papa Francisco). Enséñanos,
Jesús, a mirar la vida desde los pobres, a incluirlos en nuestro corazón y en
nuestra mesa.
Dichosos los
sufridos, porque ellos heredarán la tierra. Ser discípulos de Jesús es “poner al puesto de la
malicia, la inocencia, en lugar de la fuerza, el amor, en vez del orgullo, la
humildad, en lugar del prestigio” (Papa Francisco). Gracias, Jesús, por
enseñarnos que es posible vivir de un modo nuevo en este mundo.
Dichosos los
que lloran, porque ellos serán consolados. “Apostar por los grandes ideales… no tener miedo de
soñar con cosas grandes” (Papa Francisco). Jesús, haznos bailar de alegría con
la música de tu ternura. Enséñanos a poner flores en los balcones de los que
lloran.
Dichosos los
que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos quedarán saciados. “¡Cómo me gustaría una
Iglesia pobre y para los pobres!... Hemos de aprender a abrazar a los
necesitados… Estamos llamados a ser personas-cántaros para dar de beber a los
demás” (Papa Francisco). Bendito seas, Jesús, por invitarnos a esta revolución
del amor.
Dichosos los
misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. “Veo la santidad en una
mujer que cría a sus hijos. En un hombre que trabaja para llevar a casa el pan.
En los enfermos. En las religiosas... Esta es la santidad común” (Papa
Francisco). Bendito y alabado seas, Jesús, por no cansarte nunca de
perdonarnos. Tu abrazo nos hace dichosos.
Dichosos los
limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. “Hay que vivir con alegría las pequeñas cosas de la
vida cotidiana… No te prives de pasar un buen día” (Papa Francisco). Gracias,
Jesús, porque no te ocultas cuando te buscamos con un corazón sincero.
Dichosos los
que trabajan por la paz, porque ellos se llamarán los Hijos de Dios. “Lo que la Iglesia necesita con mayor
urgencia es capacidad de curar heridas y dar calor a los corazones. Cercanía.
Proximidad” (Papa Francisco). Jesús, no permitas que nadie nos robe la
esperanza.
Dichosos los perseguidos por causa de la
justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. “No puede ser que no
sea noticia que muere de frío un anciano en situación de calle y que sí lo sea
una caída de dos puntos en la bolsa” (Papa Francisco). Frente a nuestros
miedos, tu valentía. Frente a la persecución, tu abrazo. Amén.
Dichosos
vosotros cuando os insulten, y os persigan, y os calumnien de cualquier modo
por mi causa.
Estad alegres y contentos, porque vuestra recompensa será grande en el cielo.
“Prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle,
antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las
propias seguridades” (Papa Francisco). Ayúdanos a tolerar una contradicción, un
aparente fracaso, una crítica, una cruz.
CIPE – febrero de 2014
Dichosos los que, como el papa Francisco, tienen la valentía de decir lo que piensan aunque esto les traiga enemigos. Gracias Señor por enseñarnos a luchar por cambiar cosas que ya no valen.
ResponderEliminarLas bienaventuranzas son amor puro aplicado al caso concreta, aplicada a la persona que está a nuestro lado. El papa Francisco pone lenguaje actual a ese programa de vida. ¡¡Qué bien!! Setarcos
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