Hace unos
días recibimos esta imagen del Papa Francisco con 15 dirigentes de la comunidad
judía argentina, donde disfrutaron de una comida Kosher (hecha con alimentos
puros, aptos en cuanto a seguridad alimentaria y calidad, para ser consumidos
por judíos), y cantaron en hebreo un bello salmo que habla de lo bueno y
maravilloso que es que los hermanos se sienten juntos.
El papa
los recibió como a sus hermanos y esto tan sencillo impactó a los rabinos que
se sintieron muy unidos al papa.
Esta
simple mesa nos ha hecho pensar en otro momento histórico, la última cena.
Seguro que fue algo así. En una sencilla mesa se sentaba Jesús con sus hermanos
a compartir una comida con vino y hablar
del futuro de la Iglesia y de Jesús.
Cuando se
habla del diálogo interreligioso pensamos en algo muy complicado y sin embargo
ya vemos que lo que puede crear cercanía es la sencillez de un encuentro como
este.
Lo mismo debemos
hacer los cristianos. Sentarnos en torno a una mesa, con gente que piensa
distinto, pero donde puede nacer una corriente de amistad que nos permita
hablar y entendernos.
Es tan
sencillo y tan humano….
Un abrazo
Huellas
juntarse con gente que piense distinto...ahí está el quid. Setarcos
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