Han sido tiempos muy difíciles. Una catástrofe que hundió a
todos sus hermanos y sobrinos; provocó un dolor terrible en familiares y
amigos; destruyó la vida que mi madre y él habían construido juntos, y de la
que yo y mis hermanos formamos parte.
No ha habido un solo día que no haya pensado en él, pero
ahora algo ha cambiado. He sonreído al recordarlo. Y cuando sonrío, logro
recordar los momentos felices que vivimos y las risas de las que disfrutamos
juntos. Recordar como me abrió a las cosas que merecen la pena en la vida, es
como si de nuevo comenzase a ser feliz. Ese ha sido el mejor regalo que me hizo,
su mejor legado.
Yo no creo en las casualidades o el azar. Estoy seguro que
todo lo que ocurre tiene una explicación. Estoy convencido que nunca llegaremos
a conocer todos los misterios que el universo plantea. Por eso creo que tiene
que haber algo, creo en la energía y en la fuerza; y en la fuerza y la energía
que produce el amor, estoy seguro que, cuando has querido a alguien tanto y te
han querido con tal fuerza, una vida no es suficiente.
Pienso que lo que nos espera tras la muerte es un estado desconocido
para el hombre y diferente a la vida. Pero estoy convencido que él estará ahí,
junto a sus padres y algún buen amigo que ya ha llegado, preparándolo todo y
esperando a todos los que lo quisimos.
En memoria de mi padre: Miguel Villa Díez
Sergio VM
Bello testimonio de un hijo que se enorgullece de su padre y le recuerda como una gran persona, que, de alguna manera, sigue vivo. Setarcos
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