No te veo, Señor.
Mi mirada se estrella en el espejo
y no ve más allá de su reflejo
en tu tierno candor.
¡Que te vea, Señor.!
¡Que no sea mi mente quien te inventa!
¡Que te intuya sin velos! ¡Que te sienta
a la luz del Amor!
Estos
versos siempre nos han impresionado. Estamos en Adviento y es el momento de
pensar si somos capaces de ver a Dios en los demás. Cristo está en todos,
también en los que nos gustan menos. Por eso hoy os proponemos que busquemos
todos juntos a Dios a nuestro alrededor. Ved la belleza de estas flores. ¿Quién
ha podido crear algo tan bello sino Dios?
Si lo encontramos habremos celebrado el Adviento plenamente. Un abrazo.
Huellas
La belleza viene a ser el lado más agradable de la bondad, que es lo más grande de la humanidad. Setarcos
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