La semana pasada hablábamos de que Dios
está en todas partes y sobre todo en la belleza y ahora viendo esta foto que
nos envía un amigo, nos damos cuenta de que a veces estamos tan enfrascados en
la vida que nos olvidamos de ver crecer las flores con toda la maravilla que
esto supone.
Cuando nace una flor las que están detrás
se están preparando para nacer, para abrirse a la vida y así, un día tras otro,
la flor va creciendo y nosotros ni nos fijamos.
En la vida sucede lo mismo. Nace una persona
y tras ella otras se están preparando para nacer y van imitando nuestra forma
de vivir. Cuantos más seamos más belleza de Dios queda a la vista. Por eso
cuidemos nuestra propia belleza en el ser, en el actuar, en el vivir y los que
nos siguen irán embelleciendo la existencia de este maravilloso planeta que
tanto nos ofrece.
Amigo, párate a contemplar la foto y da
gracias a Dios por su existencia. Y después sigue dándole gracias por los que
vienen detrás de ti.
Un abrazo
Huellas
Preciosa fotografía, que la hace más bella la atinado reflexión de Huellas. Setarcos
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