Hoy os vamos
a dar una receta de cocina. Ingredientes:
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1 Kilo de
higos algo duros.
Nuestros corazones a veces son como estos higos de la fotos. Bellsímos por
fuera y algo duros por dentro.
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300 gramos
de azúcar: Porque si no ponemos dulzor en la vida, no nos querrá nadie.
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Medio litro
de vinagre de manzana: El vinagre a veces lo pone la vida, nos vienen
cosas que no esperamos y nos hacen que la vida sea un poco ácida.
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Medio litro
de agua: Es para suavizar lo avinagrado. Además el agua es vida y nos ayuda a crecer.
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Un palo de
canela: Le da olor y sabor a la vida. El palo es para que estemos firmes ante
lo que nos venga y la canela para suavizar el dolor de las cruces de cada día.
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Tres o
cuatro granos de pimienta negra. La pimienta aporta un sabor picante y aromático a
las comidas, pero también provee lo suyo a la salud, ya que estimula
naturalmente la secreción gástrica pudiendo facilitar así, la digestión en el
estómago. A veces necesitamos algo que nos estimule para que nuestra vida sea
más fluida.
·
Una pizca de
sal. La sal ayuda a conservar nuestras maneras de ver la vida. Es alegría y
conservante.
Se prepara
el almíbar con todos los ingredientes, menos los higos, y se deja hervir diez
minutos. Primero en la vida tenemos que almibararnos, para no ser amargos ni
intransigentes y eso requiere tiempo. Dejémonos de prisas y hagamos las cosas
con amor.
Después se
añaden los higos y se hierve a fuego lento durante media hora. En ese
almibar hemos de entrar nosotros, para que no seamos tan duros y adquiramos la
riqueza de la dulzura, aunque lleve dentro un poco del vinagre de los problemas
diarios.
Se echan en
los tarros, muy calientes, y se ponen boca abajo diez minutos. Tenemos que
ser capaces de poner nuestra vida al revés si no queremos pudrirnos. Hagámoslo.
Ya nos dice el papa que el inmóvil se pudre. Así que a ver si somos capaces de
dar la vuelta a demasiadas ideas ya caducas y acoger lo que el Espíritu Santo
nos va trayendo día a día.
Un abrazo
Huellas
Ingenioso, atrevido, necesario....Quieto quitar las rigideces, pasar mi vida por el almibar para hacerla más dulce, que no vaya señalando sino ofreciendo mis manos, mi sonrisa, mi vida entera ... ofreciendo, ofreciendo... con cariño, sin soberbia. Setarcos
ResponderEliminarPrecioso tu comentario.
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