Vivimos en momentos que parecen difíciles. No es fácil ser cristiano. Ya hemos pasado aquél tiempo de nacionalcatolicismo donde mucha gente era cristiana porque era casi una obligación. Pero esto ha cambiado. Ahora los cristianos lo somos porque queremos, nadie nos obliga a seguir a Jesús y los que lo somos hemos de manifestarlo.
Pero no olvidemos que el tiempo en que vivió Jesús no era mejor que éste porque luchar por la justicia, por ayudar a los pobres nunca ha sido fácil.
Pero hoy como nos dice Concha “Estamos en un momento en que los valores del evangelio no podemos defenderlos con la espada, ni por la fuerza; sino con la coherencia, con la entrega de la propia vida en favor de los que más sufren la injusticia, con la austeridad de vida, amando la realidad y el momento en que vivimos como amó Jesús a los hombres y mujeres de su tiempo. Jesús se encarna en una sociedad que no era mejor que la nuestra, no para seguir la corriente, no para condenarla, sino para mostrar una forma alternativa de vivir, desde la libertad, la pobreza y la justicia, nunca desde el poder”.
Tres ideas de lo que nos dice Concha para considerar:
• Hemos de amar la realidad que tenemos, el mundo como es, sin andar soñando con otros momentos. Jesús nos puso en este mundo y es el que debemos amar.
• No se trata de seguir la corriente o condenar a otros, porque no somos jueces de nadie, sino que, de lo que se trata, es de mostrar una manera alternativa de vivir, que además nos hace felices.
• Hemos de vivir desde la libertad, la pobreza y la justicia. Dios nos ha hecho libres, no renunciemos nunca a ello, Dios no lo querría. Somos pobres, porque sin Dios nada podemos y esto hemos de vivirlo en cada momento de nuestra vida. Y hemos de luchar por la justicia, para que ningún hermano sea pisoteado en sus derechos fundamentales.
Desde esta mentalidad seamos reconciliadores, personas que saben unir, perdonar, dar felicidad a los demás al sentir nuestro amor hacia ellos.
Huellas
Los valores del evangelio sólo se pueden trasmitir con la coherencia: ya está bien de predicar, vamos a dar trigo. Quienes ya loe stán haciendo, seguid esa línea, es la cierta y verdadera. desde la probreza personal hasta la abundancia de contar con Dios, que nos ama.
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