martes, 29 de noviembre de 2011

EL DOCTOR DE LA LEY Y JESÚS, EL MAESTRO



Interior de la sinagoga en Cafarnaún

Como habrán comprobado por la aportación anterior, el texto evangélico de la Parábola, escogido para su lectura y reflexión, lo he ampliado por delante, desde el v. 30 al 25 de Lc 10; para así tener una panorámica más amplia en relación a la práctica de la justicia social y sus implicaciones en aquella sociedad, que la que se conseguía con el escueto referente expresado en Lc 10, 30-37.

Nos muestra un lugar de enseñanza y aprendizaje (La sinagoga)

Esta parte incluye a la clase docta: a los sabios y entendidos

Nos señala actitudes de duda ante la realidad de la vida. El doctor estaba ¿sentado? y se levanta para preguntar. Y… ¿para caminar?

El doctor expresa una pregunta: ¿”Y quién es mi prójimo”? que él mismo se había contestado con una fórmula aprendida. A esta pregunta, el Señor Jesús, EL MAESTRO, le presenta la parábola y, a su término, le formuló ¿lo obvio? y el doctor volvió a contestar correcta, pero reflexivamente.

Nosotros hoy, en nuestra sociedad, tenemos la necesidad de conocer los ámbitos de carácter formativo teórico-práctico y asistencial, y las carencias reales de cada persona, momento y lugar.

Estamos obligados a saber que lo que nos enseñen, doctores o no, merece de nuestra parte una reflexión: tanto sus propuestas, como sus soluciones, y los ejemplos dados con su vida. (San Pablo en 1Ts 5,21, nos dice: “Examinarlo todo y quedarnos con lo bueno”)

Así, con este bagaje de conocimiento y nuestro espíritu crítico, podremos mostrar actitudes positivas de justicia social ante la vida, y un acogimiento expreso acorde al mandato de Jesús: “Vete y haz tú lo mismo” que, como señalaba en el trabajo anterior, vale para toda persona con espíritu comprensivo, generoso y sensible a la tragedia humana.

El Rústico

1 comentario:

  1. "Examinarlo todo y quedarnos con lo bueno". Buena reflexión. No podemos aceptar todo sin más, porque para eso nos dio Dios la inteligencia. No somos seres que no razonan sino personas y hemos de quedarnos sólo con lo que consideramos bueno. Quitemos de nosotros el servilismo. Dios nos hizo libres para actuar en conciencia.

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