Mateo
16, 21-27
Cuando
Jesús le explica a sus discípulos que tiene para pasar la pasión, Pedro le
dice: ¡Eso no puede pasarte! Y les insiste: Si alguno quiere venir en pos de mi,
que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga.
No podemos pintar la fe como una especie de película en la
que todo sale bien y el protagonista siempre gana. La realidad es bien distinta.
Tener fe es aceptar que hay dudas, que hay momentos difíciles, que hay entrucijadas
que no sabes cómo afrontar. Jesús es nuestro modelo. Y lo pasó mal. Y sufrió
mucho. ¿Por qué ha de ser así? Porque la vida tiene esa parte de dolor y
sufrimiento. Si queremos que toda salga de color de rosa, tenemos que renunciar
a vivir. Pero, si tenemos fe, sabemos que Dios nos ha capacitado para poder
afrontar las situaciones de dolor, para conocer que no siempre acertamos, para enfrentarnos
a esas opciones que no se nos presentan claras. Se trata de una actitud ante la
vida: ponerse en la situación de Jesús. Y preguntarse ¿qué haría Jesús?
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