Detrás de la muerte que veo está la vida
que no veo
Detrás de la angustia que siento está la
calma que no siento
Detrás de las quejas y los gritos que me
aturden,
de las garras afiladas de la ira y sus
temores,
de los llantos amargos y sus penas,
los surcos invisibles de la armonía y el
sosiego.
Detrás de mis máscaras y mis juegos
ciertos,
valles enteros de verdad y de frescura.
Detrás del puñado de cosas que sé,
un mar de cosas que no sé.
Detrás de tus aspavientos de rabia y de
mi espanto seguro,
la paz y la luz furtivos.
Detrás de tus ojos que me miran,
están mis ojos que no sé a quién miran.
Detrás del ser vulnerable y frágil,
estás tú, estoy yo,
tal vez estamos todos.
Nada es lo que aparece.
Solo los niños acarician la inmensidad
y ven hadas donde los demás gritamos que
son espantapájaros.
VTM
No hay comentarios:
Publicar un comentario