Vida de los ENS en tres periodos
I. Las
fundaciones (1939-1949
II. Tiempo de
madurez (1950-1973)
III. La Profundidad (1973-1996)
I. Las fundaciones (1939-1949)
Henri Caffarel responde a la
llamada de las parejas queriendo vivir el sacramento del matrimonio. “La
exigencia de santidad os concierne. Para responder a ello, tenéis un
sacramento, es el matrimonio.”
El número de Equipos y
Hogares aumenta. Se da una orientación espiritual, cada vez más clara a medida
que avanza el descubrimiento de la gracia del matrimonio.
Las publicaciones, “Carta a
unos jóvenes hogares” (1942), “El Anillo de oro” (1945), han marcado
profundamente a numerosas parejas; su repercusión ha sobrepasado los Equipos.
El Padre Caffarel quería ser comprendido por todos para que la gracia del amor
de Dios pudiera ser eficaz en todos. Él deseaba que todos comprendieran la
grandeza del matrimonio. El tema es siempre actual.
Un momento decisivo en la
actividad del Padre Caffarel fue la redacción y edición, en 1947, de “La Carta
de los Equipos de Nuestra Señora”. Los medios que propone la Carta son
exigentes. “Los puntos concretos de esfuerzo”, sobre todo “el deber de
sentarse”, son características de la vida cotidiana de las parejas. “Habiendo
captado el espíritu de los Equipos, no tendréis dificultad en llevar a cabo su
disciplina”.
Vivir el Evangelio en la
vida de pareja, ese es “el camino de santidad”.
En aquellos años, dos
fundaciones nuevas ven la luz: el Movimiento de Viudas “Esperanza y Vida” y la
“Fraternidad Nuestra Señora de la Resurrección”, Instituto secular de viudas.
Como siempre, no tiene “la idea” de estas fundaciones”: vienen a verle, le
exponen el deseo de vivir una vida santa; entonces discierne, anima y acompaña.
II. El tiempo de la madurez
(1950-1973)
Los Equipos de Nuestra
Señora se desarrollan. Una Organización se pone al frente. Grandes encuentros
tienen lugar: Lourdes en 1954, Roma en 1959, Lourdes en 1965… Es la ocasión de
profundizar en la gracia y grandeza del matrimonio.
El Padre Caffarel insiste
también sobre el enriquecimiento mutuo de los sacramentos del Orden y del
Matrimonio; dos sacramentos “complementarios” para responder a la vocación del
amor.
Los Equipos conocen grandes
debates:
Son un ¿movimiento de iniciación
o de perfección? El equilibrio entre estos dos aspectos debe encontrarse.
Surgen entonces dos
posturas, por un lado la unidad del Movimiento y por otro la libertad de los
laicos, su originalidad y su personalidad. En este asunto, el Padre Caffarel
está siempre en armonía con la Iglesia, de forma ejemplar y entusiasta.
Envía a todos los equipistas
a sus parroquias, a sus diócesis, y a ser apóstoles en su profesión y en el
mundo.
A los 70 años, deja su
servicio al frente de los Equipos tras asegurar su sucesión.
III. La Profundidad
(1973-1996)
La fecundidad del Padre
Caffarel está inscrita en los corazones, en la relación única de cada uno con
Dios. Son innumerables quienes han encontrado al Señor en la Casa de Oración de
Troussures. Deseaba intensamente compartir la revelación que tuvo a los veinte
años. Sus últimos años en Troussures muestran la fuente de donde brotaba todo.
La Casa de Oración de
Troussures. Este Centro fue una ayuda inmensa para aquellos que deseaban
aprender a rezar. Esa obra continúa en las propuestas que hacen los Equipos de
Nuestra Señora en la Casa de la pareja, en Massabielle (en Saint-Prix, Val
d’Oise), y sobre todo en la importancia que los ENS y las escuelas de oración
vienen dando a la oración interior.
Cabe destacar la actualidad
de los escritos publicados por el Padre Caffarel: en las revistas: “Ofertorio”,
“Cuadernos sobre la oración” y sus numerosos libros: “Presencia en Dios, En las
encrucijadas del amor, etcétera”.
El 25 de abril de 2006
Monseñor André VINGT-TROIS, arzobispo de París, ha aceptado con agrado la
petición de los Equipos de Nuestra Señora de promover la causa de canonización
del Padre Henri Caffarel.
“Los Amigos del Padre
Caffarel” desean esta canonización porque:
Su santidad es la de un
“profeta del siglo XX”
Su santidad aparece
animada por el Señor, en su vida.
Su santidad se manifiesta
en la fidelidad y amor a la Iglesia.
Tomado
del Boletín de Enero 2015 de ENSValladolid.
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