MATEO 21, 33-43
33 - Escuchad otra parábola:
Había una vez un propietario que plantó una viña, la rodeó
con una cerca, cavó un lagar, construyó la torre del guarda (Is 5,1-7), la
arrendó a unos labradores y se marchó al extranjero.
34 Cuando llegó el tiempo de la
vendimia, envió a sus siervos para percibir de los labradores los frutos que le
correspondían. 35 Los labradores agarraron a los
siervos, apalearon a uno, mataron a otro y a otro lo apedrearon.
36 Envió entonces otros siervos, más
que la primera vez, e hicieron con ellos lo mismo.
37 Por último les envió á su hijo,
diciéndose: "A mi hijo lo respetarán".
38 Pero los labradores, al ver al
hijo, se dijeron:
- Éste es el heredero: venga, lo matamos y nos quedamos con
su herencia.
39 Lo agarraron, lo empujaron fuera
de la viña y lo mataron.
40 - Vamos a ver, cuando vuelva el
dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores?
41 Le contestaron:
- Hará morir de mala muerte a esos malvados y arrendará su
viña a otros que le entreguen los frutos a su tiempo.
42 Jesús les dijo:
- ¿Nunca habéis leído en la Escritura? La piedra que
desecharon los constructores es ahora la piedra angular. Es el Señor quien lo
ha hecho: ¡Qué maravilla para los que lo vemos! (Sal 118,22-23). 43 Por
eso os digo que se os quitará a vosotros el reino de Dios y se le dará a un
pueblo que produzca sus frutos.
No podemos caer en la tentación de sustituir a Dios.
Nuestra condición de humanos nos hace partícipes de la misma naturaleza de
Dios. Pero no podemos ser dioses. Dios es el creador de todo el orbe. Y dentro
de él, ha creado también al hombre, como ese ser que participa de su misma
naturaleza.
Cuando nos apartamos de la naturaleza humano y queremos ser
dioses cometemos atropellos y caemos en guerras. Porque el hombre quiere
convertirse en alguien absoluto.
Estamos viviendo en nuestro país unos acontecimientos
lamentables, que muy poco tienen que ver con la naturaleza humana al pretender
imponer una forma de ser, de pensar, de gobernarse. Frente a esos
totalitarismos se nos presenta hoy este evangelio para decirnos que si no somos
capaces de vivir en armonía nos estamos apartando del Reino de Dios, que es
amor. No hay ninguna norma, ninguna organización que estén por encima del amor.
En el siguiente video se nos invita a tomar conciencia de
que no podemos caer en la codicia. Compartir es amar, es crear el Reino de
Dios. Codiciar y aprovecharse es ir contra Dios.
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