Lo admirable del mundo es ver cómo todo puede ser un apunte de eternidad. A veces el mundo nos decepciona, con tantos brotes de violencia, de egoísmo, con tantas malas noticias. Abrumados por el peso de una realidad incierta, podemos caer en el escepticismo o la amargura. Quizás por eso es más necesario, si cabe, aprender a mirar, y no olvidar la belleza que late alrededor. Hay mucho bien en torno, que nos habla del Bien primero y origen de todo. Hay amor, y hay alegría profunda. Hay risas que emocionan. Hay gestos de ternura que lo cambian todo. Hay momentos de encuentro, de comunión, de plenitud en muchas vidas. Y esos instantes son el suelo firme sobre el que podemos después construir, y la memoria que nos permite adentrarnos, a veces, en otros parajes más inhóspitos. Señor, abre nuestros ojos para descubrirte, alrededor.
Para mí, una brizna de hierba...
Para mí, una brizna de hierba
no vale menos
que la tarea diurna de las estrellas,
e igualmente perfecta es la hormiga,
y así un grano de arena
y el huevo del reyezuelo,
y la rana arbórea
es una obra maestra,
digna de egregias personas,
y la mora pudiera adornar
los aposentos del cielo,
y en mi mano la articulación más menuda
hace burla de todas las máquinas,
y la vaca, rumiando con inclinado testuz,
es más bella que cualquier escultura;
y un ratón es milagro
capaz de asombrar
a millones de infieles.
Walt Whitman
Qué bonita resulta cuando lo aceptamos así, cuando tomamos conciencia que hemos sido creados por Dios y la naturaleza entera está también creada para dar cobijo al hombre y hacer el bien. Clara
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