Estos días hemos recibido un correo que nos trae unos versos de Benedetti y nos han gustado mucho. Hemos pensado que vamos a hacer tres o cuatro artículos sobre lo que dice. Además como estamos en verano es un buen momento para recapacitar tranquilamente sobre estos temas.
Comienza diciendo que la mayor puerta es el afecto y así lo creemos. Lo primero que se nos ocurre es que cada uno debemos pensar en los amigos que tenemos. “Los afectos nos definen” dice el escritor y es cierto. Hay quien tiene pocos amigos y piensa que los demás son los culpables. Quizá sea el momento de ver qué estamos haciendo para no llegar a la gente. La mayor parte de las veces es por timidez, por complejo de inferioridad o por no sentirnos seguros de nosotros mismos.
La timidez hemos de ir quitándola de nuestra cabeza. A todo el mundo le gusta la gente que sonríe, que te dedica unas palabras, que quiere estar contigo. Así que hagámoslo.
El complejo de inferioridad es inútil. Somos como somos y los que nos quieren, nos deben querer así. Hemos de tener la humildad de reconocernos como somos, seguro que valemos muchísimo para unas cosas y muy poco para otras. Pues aceptémonos y los demás nos aceptarán. Además ¿por qué nos sentimos inferiores si somos hijos de Dios? No puede haber mayor grandeza, aunque a la vez tenemos que saber que sin Él nada somos.
Tenemos que buscar un equilibrio y esto no implica ser tibio. Si logramos ese equilibrio sentiremos seguridad en nosotros mismos.
Dios nos quiere como nos hizo, no de otra forma. Así que desarrollemos los dones que Dios nos ha dado y dejemos que otros desarrollen los suyos. Esto nos dará la felicidad. Gracias por leernos y por los comentarios que escribís. Esto nos da seguridad en que podemos seguir haciéndolo. Os queremos
Huellas
No creo en las falsas humildades: yo valgo poco, tengo pocas cualidades, no sé muy bien... ¡EN QUE MAL LUGAR NOS GUSTA DEJAR AL CREADOR DE ESTA OBRA QUE SOMOS NOSOTROS!
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