azafrán en flor |
El evangelio de este domingo es de Mateo 11, 25-30 y dice así:
"En aquel tiempo, tomando Jesús la palabra, dijo:
«Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños.
Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce bien al Hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce bien nadie sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.
«Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso.
Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas.
Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.»
1.- Acudir al Evangelio, para asimilarlo, exige una actitud: la humildad. Por eso hoy Jesús dice que sus palabras las entienden los sencillos y pequeños. No es que aquí Jesús esté en contra de la inteligencia y la sabiduría; que, va; son obra del mismo Dios. Jesús revela que si queremos entender todo lo de Dios hemos de acudir a Él con humildad, reconociendo nuestras limitaciones. No somos dioses y hay verdades que no son comprensibles desde nuestra razón humana. Hay que dar un paso más. Es el paso de la fe. Aquello que no llegamos a entender con la razón nos podemos acercar a ello con la fe.
2.- Podemos afirmar que a Jesús le entiende sobre todo las personas sencillas. Comentado este evangelio, lo dice así Jose Antonio Pagola:
"También hoy el pueblo sencillo capta mejor que nadie el Evangelio. No tienen problemas para sintonizar con Jesús. A ellos se les revela el Padre mejor que a los “entendidos” en religión. Cuando oyen hablar de Jesús, confían en él de manera casi espontánea.
Hoy, prácticamente, todo lo importante se piensa y se decide en la Iglesia, sin el pueblo sencillo y lejos de él. Sin embargo, difícilmente, se podrá hacer nada nuevo y bueno para el cristianismo del futuro sin contar con él. Es el pueblo sencillo el que nos arrastrará hacia una Iglesia más evangélica, no los teólogos ni los dirigentes religiosos.
Hemos de redescubrir el potencial evangélico que se encierra en el pueblo creyente. Muchos cristianos sencillos intuyen, desean y piden vivir su adhesión a Cristo de manera más evangélica, dentro de una Iglesia renovada por el Espíritu de Jesús. Nos están reclamando más evangelio y menos doctrina. Nos están pidiendo lo esencial, no frivolidades".
3.- Al mismo tiempo nos presenta un Jesús acogedor: venid a mí. Es una invitación a ponernos en sus manos, a confiar en Él. Quien ha experimentado la cercanía de Jesús ha asimilado la paz que encierra y al mismo tiempo la exigencia. Porque quien está con Jesús no puede ser insensible a todo lo humano. Desde aquí ya tiene todo el sentido no sólo la oración sino también la acción. Una sigue a la otra.
2.- Podemos afirmar que a Jesús le entiende sobre todo las personas sencillas. Comentado este evangelio, lo dice así Jose Antonio Pagola:
"También hoy el pueblo sencillo capta mejor que nadie el Evangelio. No tienen problemas para sintonizar con Jesús. A ellos se les revela el Padre mejor que a los “entendidos” en religión. Cuando oyen hablar de Jesús, confían en él de manera casi espontánea.
Hoy, prácticamente, todo lo importante se piensa y se decide en la Iglesia, sin el pueblo sencillo y lejos de él. Sin embargo, difícilmente, se podrá hacer nada nuevo y bueno para el cristianismo del futuro sin contar con él. Es el pueblo sencillo el que nos arrastrará hacia una Iglesia más evangélica, no los teólogos ni los dirigentes religiosos.
Hemos de redescubrir el potencial evangélico que se encierra en el pueblo creyente. Muchos cristianos sencillos intuyen, desean y piden vivir su adhesión a Cristo de manera más evangélica, dentro de una Iglesia renovada por el Espíritu de Jesús. Nos están reclamando más evangelio y menos doctrina. Nos están pidiendo lo esencial, no frivolidades".
3.- Al mismo tiempo nos presenta un Jesús acogedor: venid a mí. Es una invitación a ponernos en sus manos, a confiar en Él. Quien ha experimentado la cercanía de Jesús ha asimilado la paz que encierra y al mismo tiempo la exigencia. Porque quien está con Jesús no puede ser insensible a todo lo humano. Desde aquí ya tiene todo el sentido no sólo la oración sino también la acción. Una sigue a la otra.
4.- Los Equipos de Nuestra Señora son un movimiento de espiritualidad conyugal en el que la oración, personal o en pareja ha de venir seguida de la acción, personal o en pareja. Los matrimonios formamos parte de la sociedad y nuestra presencia no es neutra. Tiene que notarse que somos cristianos. Cada cual verá dónde le aprieta el zapato.
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