maravilla de la naturaleza |
Evangelio de Juan 14, 15-16;23-26
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
― Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Yo le pediré al Padre que os dé otro defensor, que esté siempre con vosotros.
El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho.
Si me permitís, amigos que pasáis por este blog, hoy quiero comenzar con una pregunta:
¿Quién es el Espíritu Santo para ti?
Quizás, al hacer la oración de este día o al participar en la misa del domingo, recibas alguna iluminación que te haga sentir este misterio.
Luego, si lo quieres recoger en comentarios, todos nos enriqueceremos.
Del evangelio de este día de pentecostés, quiero destacar dos ideas:
Una, ser seguidor de Jesús es amar. Y ama quien pone en práctica la palabra de Jesús. Por eso es tan importante leer el evangelio. Porque ahí está el qué y el cómo hacer.
Dos, el Espíritu Santo es nuestro defensor. Es quien nos ayuda, nos saca de los problemas, nos anima, nos dice cómo elegir en las encrucijadas, es nuestro confidente, es nuestro mejor amigo, es Dios mismo.
Por tanto, tenemos al Espíritu de nuestro lado. Por eso somos invencibles. Pero invencibles en nuestro quehacer, que es amar. Esto es lo que tenemos que llevar a nuestro día a día. Quien entrega su vida al amor es el ser por excelencia.
El Espíritu es Dios mismo en la naturaleza, en los demás en mí. Solo hay que abrir los ojos y ver, escichar a los demás y meditar. Quien solo es capaz se tener nublada la vista, alejado de los demás y ocultada su conciencia es un ser sin hacer, Quien sabe mirar, acompañar y rezar es un ser haciéndose en busca de la paz, la justicia y la felicidad. IRIS
ResponderEliminarEL Espíritu Santo es como el aire, sin El no podriamos vivir. M.C
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