Vi, con mucho pesar, como a una pareja de golondrinas que habían construido su nido bocado a bocado en la cornisa de una casa se lo derribaban sus propietarios.
A mi me produjo tristeza.
Ellas no se quedaron lamentando su suerte y, al día siguiente, volvieron a recomenzar esa tarea minuciosa y larga.
La golondrina, a pesar de los pesares, canta su alegría..
La fotografía es de Toño de la Fuente
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