lunes, 10 de octubre de 2016

SOMOS SILENCIO



El silencio es nuestra naturaleza real.

Lo que somos fundamentalmente es solo Silencio.

El Silencio está libre de principio y de fin.

No tiene causa.

En el Silencio todos los objetos tienen su origen. Es la luz que da a los objetos su forma. Todo movimiento y actividad es armonizado por el Silencio.

El Silencio disuelve todos los objetos.

No tiene opuesto, ya que no tiene nada que ver con la mente.

No puede ser definido, pero se puede sentir directamente porque es lo más cercano a nosotros.

El Silencio es libertad sin ninguna restricción o centro.

Es nuestra totalidad, ni dentro ni fuera del cuerpo.

El Silencio es alegría ni placer; no es psicológico.

Es sentir sin que haya alguien que siente.

El Silencio no necesita intermediario.

El Silencio es sagrado. Es sanador.

En el Silencio no hay miedo.

El Silencio es autónomo igual que el amor y la belleza.

El tiempo no lo toca.

El Silencio es meditación libre de toda intención, libre de un meditador.

El Silencio es la ausencia de uno mismo; o más bien, el Silencio es la ausencia de la ausencia.

El sonido que viene del Silencio es música.

Toda actividad es creativa cuando viene del Silencio.

El Silencio precede al hablar, precede a la poesía, a la música y a todas las artes. Es el origen de toda actividad creativa; lo que es verdaderamente creativo es la Palabra, es la Verdad.

El Silencio es Palabra y es Verdad.

El que está establecido en el Silencio vive en una constante ofrenda, en oración sin pedir nada, en agradecimiento, en continuo amor.


Jean KLEIN.

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