domingo, 21 de agosto de 2016

ACOGER A TODOS

Interior Catedral de Seúl 

En el evangelio de este domingo, Lc 13, 22-30, le preguntan a Jesús: Señor, ¿serán pocos los que se salven? La respuesta de Jesús es esforzaos por entrar por la puerta estrecha…hay últimos que serán primeros y primeros que serán últimos.

Seguir a Jesús no puede ser una pesadilla, ni tiene que ser un camino de obstáculos, ni ha de ser un anotar todo aquello que hacemos bien o mal y veremos cuál es la balanza final. No puede ser eso.

Seguir a Jesús es alegría, es dicha, es esperanza, es compasión, es misericordia, es perdón, es amor. Dios no es un juez que anota en su ordenador cada cosa que hacemos. Dios es amor. Y por su esencia nos acoge, nos protege, nos anima, nos quiere.


Entrar por la puerta estrecha es entregarse a Dios. Y eso solo es posible desde la fe, desde la confianza en Él. No pretendamos ser héroes por nuestros méritos, abandonémonos a Jesús. No queramos hacerlo solo nosotros, Él quiere estar a nuestro lado. ¿Cómo es llevar a Jesús a nuestro lado? Hacer como Él hizo: acoger a todos, ayudar a todos, amar a todos. Sin exclusiones, sin exigencias, sin juzgar. Si lo hacemos así, estamos entrando por la puerta estrecha de la felicidad, estamos ya viviendo en el cielo.

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