jueves, 7 de mayo de 2015

LA ARIDEZ




Acabamos de pasar la etapa de la Pascua y entramos en la vida diaria, a veces notamos que tenemos el corazón un poco seco. Claro, antes estábamos viendo a Jesús y ahora se nos ha ido. Pero no olvidemos que nos ha dejado el Espíritu Santo. ¿Hablamos con Él?
Generalmente no pensamos lo suficiente en Él, seguimos creyendo en Jesús pero no en todas sus palabras, porque Él nos dijo bien claro que nos dejaba el Espíritu al irse y se nos ha olvidado. Por eso hoy queremos recordaros una oración preciosa para llamarlo a nuestro lado.

Ven Espíritu Santo,
envía tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.

Ven dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre
si Tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus Siete Dones
según la fe de tus siervos.
Por tu bondad y tu gracia
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
 y danos tu gozo eterno.
Amén.


Un abrazo                                                                                       Huellas

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