jueves, 20 de noviembre de 2014

SOMOS SACRAMENTO


Pasan los años y la vida del matrimonio, si se vive desde el amor, se robustece. Porque el amor no cambia, siempre busca reinventarse y renovarse, ya que no nos sirven las palabras de ayer, pero sigue siendo  el mismo. Ayer  esas palabras fueron bonitas, pero hay toda una vida que ha ido pasando y en el hoy se necesitan palabras nuevas.
Y así cada día surgen gestos nuevos, formas de amarnos distintas, pero siempre sobre ese amor primero que no cambia, porque es el amor de Dios amando a través nuestro. Esas actitudes nuevas expresan lo que arde por dentro, ya que las palabras nunca cubren suficientemente nuestro sentimiento.
Cada uno de nosotros somos para el otro un sacramento, el lugar de encuentro con el amor insondable de Dios, como las cerillas que se queman juntas para ser luz.
Os queremos

Huellas

1 comentario:

  1. ¡qué bonita reflexión! más bellas si la hacemos realidad, mejor aún si somos conscientes de que es realidad.

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