sábado, 1 de noviembre de 2014

LAS INTRINCADAS RUTAS DEL NO SÉ



Retoza el aire con su andar ligero,

exulta el sentimiento, suena el río,

se olvida el sinsabor de tu desvío

y se ansía la huella del sendero.


Intentas recorrer el mundo entero

al dejar su prisión el albedrío,

terminan el penar y el extravío,

comienza el rielar de tu lucero.


Y buscas, sin saberlo el pensamiento,

una ruta, por todo el firmamento,

que corone el deseo del encuentro.


No ves a Dios en ese mundo extraño

y empiezas a llorar tu desengaño

sin comprender que ya lo llevas dentro.
  


Joaquín Fernández González.

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